Foto: Jesús Quintanar
ENRIQUE PEÑA NIETO EN EL INTERIOR DEL AUDITORIO DE LA UNIVERSIDAD IBEROAMERICANA.
3 DE SEPTIEMBRE DE 2012
MÉXICO, D.F. (apro).- Ineludible el impacto que tuvo la visita de Enrique Peña Nieto a la Universidad Iberoamericana, el llamado “viernes negro”, el onceavo día de mayo, el rector de esa institución, José Morales Orozco, llamó a reflexionar sobre el fenómeno que, desde el repudio estudiantil, nació en esa escuela para convertirse en el movimiento social de mayor impacto que tuvo el proceso electoral mexicano: el colectivo Más de 131, que en su unión con otras instituciones educativas, públicas y privadas, dio vida a #YoSoy132.
Durante la rendición de cuentas de su octavo informe de actividades, casi como una insinuación, el rector dejó en el aire una interrogante.
“Es inevitable detenerse a reflexionar sobre un hecho que, sin duda, tuvo gran repercusión dentro y fuera de la Universidad durante este periodo. Pasada la coyuntura electoral, que encendió los ánimos y polarizó las opiniones (más todavía cuando se generó, con la concurrencia de estudiantes de otros centros educativos, el movimiento llamado Somos 132), vale la pena preguntarse si el modo jesuita de educar puede explicar una de las novedades del movimiento que sorprendió a muchos: el que se hubiera gestado en una universidad privada”, dijo a la comunidad universitaria.
Morales Orozco aseguró que no es cuestión de “vanagloriarse ni de condenar apresurada y maquinalmente el hecho”, pero llamó a hacer un “ejercicio espiritual” sobre las contribuciones de la formación jesuita.
El rector de la Ibero celebró la aparición de los jóvenes de su universidad en la vida política y exaltó a los egresados de sus aulas a no conformarse con la adaptación al mundo tal como es, sino a transformarlo y hacerlo más humano.
“Si no podemos reconocer el espíritu en aquellos más de 131 alumnos de esta universidad que con su pensamiento y su actuación se esforzaron por sacar el proceso electoral de una inercia de desinterés y falta de participación crítica, debemos asumir que fuimos simples espectadores de un acontecimiento fortuito.
“Pero si, por el contrario, el espíritu se expresó en la voz y la actuación de estos jóvenes, que buscan transformar positivamente nuestra patria y si, además, ese espíritu está brotando de las aulas y de los cubículos de la Universidad, podemos no sólo sentirnos satisfechos y optimistas con el resultado de nuestra labor educativa, sino convencidos de su pertinencia para los tiempos actuales y futuros”.
Ufano de su congregación, en su discurso dijo que la promoción de la justicia ha sido una exigencia de la Compañía de Jesús para promover una sociedad más equitativa y habló de la realidad violenta en que se encuentra el país.
“La búsqueda de la justicia implica la defensa de los derechos humanos, la equidad de género, la convivencia pacífica y armónica en un mundo convulsionado, de manera apremiante, en el contexto nacional, desgarradoramente violento”.
Para el rector de la Ibero, “el humanismo de inspiración cristiana” que, en sus palabras, caracteriza el modelo educativo de la Universidad, debe contribuir a la formación de personas creativas, críticas, libres y solidarias, distintivos del movimiento estudiantil.
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