Rocky Campana, un joven gay canadiense al que tras un intento de suicidio se decidió retirar el soporte vital, no pudo ser donante de órganos como había deseado en vida. Tras ser preguntada la familia si Rocky era gay y si tenía una vida sexual activa, el cuerpo del joven fue rechazado como fuente de órganos para trasplante. Se trató tristemente de una decisión legal, ya que las autoridades sanitarias de Canadá no admiten donaciones de hombres gays salvo que lleven cinco años de abstinencia sexual.
Canadá, un país que dispone de un marco jurídico avanzado por lo que al reconocimiento de los derechos LGTB se refiere, mantiene sin embargo políticas claramente discirminatorias hacia los varones homosexuales por lo que a la donación de órganos, tejidos o sangre se refiere. Políticas que cuentan además con el aval de la justicia: ya en 2010 nos hicimos eco de una sentencia de la Corte Superior de Justicia de Ontario que falló en contra de un ciudadano que consideró que la prohibición genérica a todos los homosexuales varones de donar sangre violaba sus derechos. El tribunal estableció que no existe un derecho constitucional a donar, por lo que admitía el derecho de los servicios de donación a seguir rechazando como donantes a todos aquellos varones que reconocieran haber mantenido una relación homosexual.
El rechazo de Rocky Campana como donante de órganos ocurrió en agosto pasado, pero es ahora cuando la historia ha saltado a los medios de comunicación. La familia de este joven altruista lucha ahora por conseguir que se ponga punto final a esta práctica discriminatoria.
Discriminación injustificada
Pese a que la donación de sangre (y por extensión, de órganos) por parte de varones homosexuales genera un gran debate en países como Canadá, Estados Unidos o Francia, hace años que los expertos consideran obsoleto prohibir donar en función de la orientación sexual y no de las prácticas de riesgo. En Estados Unidos, por ejemplo, un Comité Federal volvió a votar en 2010 mantener la prohibición de donar sangre, pese al criterio favorable de instituciones como la Cruz Roja, la Asociación Médica Americana o la Asociación Americana de Bancos de Sangre. Curiosamente, el propio Comité reconocía que la actual legislación excluye muchas donaciones de bajo riesgo mientras que permite otras potencialmente más peligrosas. Sí que han hecho cambios Alemania, que también prohibía a los varones homosexuales donar y que ha eliminado la mención explícita a la homosexualidad, y de una forma más tímida Reino Unido y Suecia, que ahora permiten donar sangre a los homosexuales que lleven un año sin mantener relaciones sexuales. Más recientemente era México el que eliminaba la prohibición de donar sangre a hombres homosexuales y bisexuales, supeditando la selección no a la orientación sexual, sino a la existencia o no de prácticas de riesgo previas.
En España la ley establece la exclusión de la donación de sangre en función de la existencia de conductas de riesgo y no de la orientación sexual. Tras el cese de la conducta de riesgo la ley marca que se excluya la donación “durante un periodo determinado por la enfermedad en cuestión y por la disponibilidad de pruebas apropiadas en cada caso”. En la práctica este periodo suele ser de un año. Hay que tener en cuenta que la sangre donada es sometida a tests de VIH, entre otros agentes infecciosos, pero existe la posibilidad teórica de que una infección recién transmitida no sea detectada debido a la existencia de un “periodo ventana” entre el momento preciso de la infección y su “detectabilidad” en las pruebas. Por lo que se refiere a la donación de órganos, en la que España es líder mundial, no se excluye a nadie en función de su orientación sexual. Para ser donante de órganos es necesario, eso sí, que el fallecimiento acontezca una Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital, donde se realizan las pruebas necesarias para realizar una correcta valoración de cada potencial donante. Es el equipo médico quien, una vez realizadas todas las pruebas necesarias, dictamina si el fallecido puede ser donante y de qué órganos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario