Corea del Norte ha reiterado su amenaza de atacar las bases militares que Estados Unidos posee en Japón, después de que el Gobierno de Shinzo Abe haya prorrogado dos años las sanciones contra el régimen comunista.
El diario oficial del Partido de los Trabajadores, 'Rodong Sinmun', ha indicado este lunes que el Gobierno de Japón debe entender que las bases militares de Estados Unidos están entre los objetivos norcoreanos.
El 'Rodong Sinmun' ha advertido a las autoridades japonesas de que el país pagará un gran precio, si sigue apoyando la política hostil de Estados Unidos hacia Corea del Norte, según ha informado la televisión pública NHK.
En las últimas semanas, el régimen comunista ha amenazado con atacar las bases militares de Estados Unidos en las islas de Guam y Hawai y en territorio japonés --Yokosuka, Misawa y Okinawa--, así como objetivos surcoreanos.
En respuesta, Abe ha ordenado a su equipo de Seguridad Nacional adoptar "todas las medidas posibles" para defender a Japón de un eventual ataque de Corea del Norte.
En cumplimiento de dicha orden, el Ministerio de Defensa ha desplegado tres misiles Patriot en Ichigaya y otros dos en el área metropolitana de Tokio, de acuerdo con la agencia de noticias Kiodo.
Kiodo reveló el pasado fin de semana, citando "fuentes bilaterales", que Japón y Estados Unidos sopesan desplegar aviones no tripulados ('drones') sobre el espacio aéreo de la base militar de Misawa, entre otros lugares.
"Nadie querrá invertir" en el Norte si cierra Kaesong
La presidenta surcoreana, Park Geun-hye, advirtió hoy de que "nadie querrá invertir" en Corea del Norte si cierra el complejo industrial intercoreano de Kaesong, cuyas operaciones se detuvieron después de que Pyongyang retiró a sus empleados.
"Si Corea del Norte viola de este modo las normas y compromisos internacionales, no habrá países o empresas que inviertan" en el país comunista, añadió Park durante una reunión con su gabinete, en la que calificó de "muy decepcionante" la decisión norcoreana de retirar a sus empleados de Kaesong.
Las operaciones del único proyecto económico intercoreano en vigor quedaron hoy suspendidas después de que los empleados norcoreanos no se presentaran en sus puestos de trabajo, un día después de que Corea del Norte anunciara la retirada de los operarios y la suspensión temporal de actividades en el polígono.
"¿Durante cuánto tiempo vamos a seguir viendo este interminable círculo vicioso de promover crisis antes de sellar compromisos a cambio de ayuda?", preguntó retóricamente Park, mostrando así su adhesión a la hipótesis generalizada de que Corea del Norte utiliza la tensión como estrategia política para ganar concesiones.
Por otra parte, hoy los directivos de las empresas surcoreanas que operan en Kaesong expresaron públicamente su voluntad de enviar una delegación privada a Corea del Norte para tratar de resolver la crisis y se mostraron partidarios de resolver el problema mediante el diálogo.
Son 123 las empresas surcoreanas que fabrican diversos productos con la mano de obra barata que suponen los 54.000 norcoreanos del complejo de Kaesong, abierto en 2004 durante la época de reconciliación que las dos Coreas vivieron a principios de los 2000.
La retirada de los trabajadores de Kaesong llega después de seis días en los que Corea del Norte bloqueó el paso de surcoreanos al complejo, en un nuevo acto hostil enmarcado en la intensa campaña de amenazas que el régimen de Kim Jong-un mantiene desde principios de marzo.
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